"La práctica hace la perfección" es un dicho que encapsula la idea de que la repetición y la dedicación a una actividad o habilidad conducen a un mejor rendimiento y maestría en la misma.

Esta expresión refleja la creencia de que el esfuerzo continuo, la experiencia práctica y el aprendizaje constante son fundamentales para alcanzar la excelencia en cualquier campo.

Sugiere que la perfección no se logra de manera instantánea, sino a través de la acumulación gradual de conocimiento y habilidades a lo largo del tiempo.

Es difícil exagerar el valor de la práctica. Para que una nueva habilidad se vuelva automática o para que un nuevo conocimiento se convierta en una práctica duradera y sostenida, más allá del punto de dominio, es necesaria la práctica continua. Por ejemplo, usar regularmente nuevas habilidades de cálculo para resolver problemas matemáticos cada vez más complejos, reflexionar sobre material histórico recientemente aprendido a medida que uno estudia una unidad de historia posterior, realizar cuestionarios regulares o pruebas que se basan en material aprendido a principios de año, etc.

El origen exacto de esta frase es difícil de rastrear, pero la noción subyacente ha sido una máxima en diversas culturas y disciplinas a lo largo del tiempo. La idea de que la mejora y la maestría requieren práctica y dedicación se encuentra en la filosofía de la educación, la psicología del aprendizaje y el desarrollo de habilidades en una amplia gama de disciplinas.

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