A finales de los años '60 los Beatles sugirieron a Stanley Kubrick la idea de llevar al cine "El señor de los anillos". El director se entusiasmó con el proyecto que había sido impulsado principalmente por John Lennon, quien ya tenía pensado el papel que ocuparía cada músico: él interpretaría a Gollum, Paul McCartney a Frodo, George Harrison a Gandalf y Ringo Starr a Sam.

La negativa vino de parte de J. R. R. Tolkien, quien en ese tiempo aún poseía los derechos de la obra, que luego fueron vendidos a United Artists en 1969

La idea de realizar "El señor de los anillos" protagonizada por The Beatles habría sido posterior al estreno de su film "Help!" (1965) y parecía un proyecto bastante sólido hasta que Tolkien decidió que no era una buena idea. A Tolkien no le gustaba la idea de mezclar su universo con los rockeros estrella del siglo XX.

Los cuatro Beatles estaban muy influenciados por la obra de Tolkien, y pretendían homenajearlo creando una adaptación psicodélica acompañada de un puñado de canciones originales.

Fue el mismo Peter Jackson quien sacó a la luz esta increíble anécdota cuando presentó su propia adaptación de la saga en 2002. El propio McCartney le contó a Jackson en 2014 que era "mejor así, porque si la hubiéramos hecho, quizá no podríamos haber visto la tuya", le dijo el Beatle a Jackson, quien contestó: "A lo mejor hubiéramos ganado calidad melódica con aquella versión".

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