El leopardo de las nieves está especialmente adaptado para sobrevivir en regiones frías y montañosas de Asia Central y del Sur. Con un espeso pelaje gris pálido y largas colas tupidas, pueden soportar temperaturas de hasta -40 grados Celsius. Sus poderosas patas les permiten saltar grandes distancias, a menudo hasta 15 metros de un solo salto, lo cual es esencial para navegar por terrenos escarpados. A diferencia de otros grandes felinos, los leopardos de las nieves tienen un rugido menos prominente y son más solitarios por naturaleza. Son considerados vulnerables debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat, y se están realizando esfuerzos para proteger sus poblaciones.