Guillermo de Ockham (1285-1349) fue un teólogo escolástico inglés, fundador de la escuela nominalista. El carácter innovador de sus enseñanzas hizo que nunca se le diera el grado de doctor por lo que se le conoce como el venerable principiante.

De Ockham representa un puente entre dos maneras de ver el mundo: la escolástica, principal corriente filosófica de la Edad Media que pone a la fe por encima de la razón, y otra opuesta, más basada en la lógica, que cuestionó las ideas establecidas y puso en jaque a los de la Iglesia.

La filosofía nominalista parte de la crítica al racionalismo y a los conceptos universales: todo conocimiento está basado en la lógica, operando sobre la percepción sensorial de objetos individuales concretos; y no deben multiplicarse inútilmente los entes creando conceptos abstractos que no procedan de la experiencia. Esta economía de objetos es la que luego se conoció como la navaja de Ockham.

Su teoría inductiva del conocimiento, cercana al empirismo, le llevó a una visión contingente del mundo. Refutó la supuesta infalibilidad de los papas y defendió que el poder de éstos debía estar limitado por el derecho natural y por la libertad de los cristianos.

Guillermo de Ockham es considerado uno de los iniciadores del pensamiento moderno y el padre de la corriente filosófica conocida como nominalismo; sus ideas tuvieron una fuerte influencia en reconocidos filósofos como José Ortega y Gasset, Thomas Hobbes y John Locke.

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