Tsunami es una palabra japonesa que significa «ola de puerto». Es un evento complejo que involucra un grupo de olas en un cuerpo de agua de gran energía y de tamaño variable causado por un deslizamiento de tierra, un terremoto (la causa más común), una erupción volcánica o un deslizamiento del límite entre dos de las placas tectónicas de la tierra (que son placas de roca de 15 a 200 metros de espesor que apoyan los continentes de la Tierra y los mares ares en un océano subterráneo de material semisólido mucho más caliente).

Las olas que forman el tsunami llegan a la costa separadas entre sí por unos quince o veinte minutos. La primera no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las normales; después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido por la primera ola gigantesca, y a continuación por varias más.

Los tsunamis pueden viajar a más de 800 kilómetros por hora en el punto más profundo del agua. Sin embargo, disminuyen la velocidad a medida que se acercan a la costa, pero siguen siendo peligrosos, pues allí pueden llegar con una velocidad de entre 32 a 48 kilómetros por hora.

La zona más afectada por este tipo de fenómenos es el océano Pacífico, debido a que en él se encuentra la zona de sismos más activa del planeta, el cinturón de fuego. Por ello, es el único océano con un sistema de alertas verdaderamente eficaz.

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