El 30 de Junio de 1908, a las 7:17 una fuerte explosión ocurrió sobre las proximidades del río Podkamennaya en Tunguska, Siberia, Rusia. fue tan grande, que fue detectada por numerosas estaciones sismográficas y hasta por una estación barográfica en el Reino Unido debido a las fluctuaciones en la presión atmosférica que produjo. Incendió y derribó árboles en un área de 2.150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Durante varios días, las noches eran tan brillantes en zonas de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial.

El estudio del suceso de Tunguska fue tardío y confuso. El gobierno zarista no lo consideró prioritario. Recién en 1921, durante el gobierno de Lenin, la Academia Soviética de Ciencias envió una expedición a la zona dirigida por el minerólogo Leonid Kulik. El clima permitió que la alteración de las huellas del impacto fuera muy poca. Encontró un área de devastación de 60 km de diámetro, 80 millones de árboles yacían a ambos lados, derribados en un patrón radial sobre el suelo, pero no halló ningún indicio de cráter, lo que le resultó sorprendente.

Estudios posteriores demostraron que no hay indicios de radiación en la zona.

Hasta la fecha, se desconoce qué ocasionó la explosión. Hay varias teorías, pero solo dos son las más aceptadas: un gran asteroide se fragmentó a 8500 msnm o un pedazo del cometa Encke se vaporizó al entrar a la atmósfera.

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