La denominación naíf, naif o naïf ("ingenuo" en francés) suele aplicarse al arte visual reconocible por su aparente ingenuidad y espontaneidad, fruto del autodidactismo de artistas que suelen carecer de las destrezas de un profesional (tratamiento de perspectivas y puntos de fuga, de luces y sombras, técnica, cromatismo, proporciones anatómicas, etc.).

Como resultado, los colores de este tipo de obras suelen ser brillantes y contrastados, y muchas veces la interpretación de la perspectiva es libre o incluso hay ausencia de ella. Las formas son sencillas y a veces parecen infantiles. Se podría decir que los autores naifs pintan lo que ellos desean o les parece más adecuado, sin atenerse a ninguna norma.

Más en general, el concepto naif puede aludir a una graciosa falta de conocimientos técnicos y teóricos aplicados en cualquier expresión artística. Cuando este efecto es emulado a propósito por un artista capacitado, el resultado a veces se llama primitivismo, arte pseudo-naif, o falso arte naif.

El cuadro que ilustra esta pregunta se titula "Los jugadores de fútbol", pintado en 1908 por Henri Julien Félix Rousseau (1844-1910). Fue un célebre pintor francés, uno de los máximos representantes del arte naif.

Conocido como "El aduanero Rousseau", fue ridiculizado por la crítica en su época; sin embargo, llegó a ser reconocido por su talento autodidacta y calidad artística, causando admiración e influencia en artistas como Gauguin, Matisse o Picasso, entre otros muchos.

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