Dieu et mon droit (en español: Dios y mi derecho) ha sido utilizado generalmente como el lema de la monarquía británica desde que lo adoptara Enrique V a principios del siglo XV.

El escoger el lema en francés y no en inglés, se debe a que el primero había reemplazado al latín como lengua extendida entre la clase alta de la época (Enrique VI habló francés y fue coronado Rey de Francia así como de Inglaterra).

La frase fue presuntamente utilizada como una contraseña por el rey Ricardo I en 1198, en la Batalla de Gisors, cuando derrotó a los franceses. Se interpreta que con ella Ricardo quiso significar que debía su realeza al poder de Dios y a su propia herencia y, por lo tanto, no estaba sujeto a ningún poder terrenal.

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