En los primeros tiempos de la existencia de Roma, la civilización etrusca es la principal potencia de la región. Hesíodo es un poeta griego que vivió entre los siglos VIII y VII a.C., autor de la Teogonía, un breve poema que describe el nacimiento del universo desde sus orígenes hasta el reinado de Zeus, y la genealogía de los dioses.

En esta obra el autor no solo demuestra conocer las erupciones del Etna en Sicilia, aspecto no tan sorprendente si se tiene en cuenta la numerosa presencia griega en la isla, sino que también cita a los etruscos y latinos, que estaban asentados en territorios lejanos de las islas.

Los antiguos griegos se referían a los etruscos como "tirrenos"; el nombre proviene del príncipe Tirreno, quien, según historiador griego Heródoto, habría llevado los lidios, un pueblo de Asia Menor, hasta la costa de la actual Toscana tras huir de una devastadora carestía. Los romanos los llamaron primeros "etrurios" y más tarde "tuscos" de donde proviene el nombre de la Toscana. A si mismos se llamaban "rasenna".

Ya desde la antigüedad se planteó la cuestión del origen de los etruscos. Según algunos como Diógenes de Halicarnaso se trataba de una población autóctona y no de una proveniente de Asia Menor. El debate sigue abierto; el uso de nuevas técnicas podrán resolver la cuestión.

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