Leyenda, en primer lugar, deriva del latín. Exactamente procede de “legenda” que, a su vez, emana del verbo “legere”, que puede traducirse como “cosechar” o “escoger”. Urbana, en segundo lugar, también deriva del latín. En su caso de “urbs, urbis”, que significa “ciudad”.

La leyenda urbana se trata de los diferentes relatos posibles que constituyen el folklore contemporáneo, se basan en algunas supersticiones, enseñanzas colectivas o creencias populares, la cual se comunican informalmente por medio de las generaciones. Estas leyendas se presentan siempre como hechos reales y secretos, aunque suelen elaborarse en interpretaciones distintas e inclusive contradictorias.

Una de las características principales de las leyendas es que, se comparten de manera oral. Esto indica que, son relatos que van de boca en boca. Por ejemplo, se las narran los padres a hijos, abuelos a nietos y, así se divulgan de generación en generación.

Al no llevar un registro escrito de estas historias, cada individuo que la cuenta oralmente puede ir cambiándola. Por tal razón, existe más de una interpretación de cada leyenda urbana.

Las leyendas pueden describir hechos reales, pero generalmente se refieren a relatos ficticios. La realidad se distorsiona cuando las personas que la relatan empiezan a exagerar los hechos o agregar elementos imaginarios. Absolutamente nadie tiene claro cuál es el principio de esas historias, si son ciertas o no.

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