La geografía de nuestro planeta presenta diversos accidentes geográficos que hacen y determinan las particularidades de cada terreno, en tanto, una depresión geográfica es un área, o una zona del relieve de nuestro planeta que se caracteriza por encontrarse en una altura menor respecto de las regiones que la rodean.

Las depresiones geográficas poseen tamaños muy variados. A lo largo del mundo se pueden encontrar de pequeña escala, tales como hundimientos de apenas unos metros de diámetro, o grandes depresiones que alcanzan escalas continentales.

Las depresiones pueden ser el resultado de diversos factores, entre los que destacan: los movimientos que se producen en las placas tectónicas y que repercuten directamente en el material geológico; cuando termina de acomodarse por ejemplo un relieve de montañas; las oscilaciones que se producen en el suelo o en las aguas subterráneas, ya sea por causas naturales o por la intervención del hombre; una falla en la estructura geológica, entre otros.

Algunos ejemplos bien característicos de depresiones son el Mar Caspio, que es la máxima depresión del continente europeo y por otra parte la Gran Cuenca en la zona oeste de los Estados Unidos de América.

Existen también la depresiones absolutas, es decir, zonas de terreno ubicadas por debajo del nivel del mar. Los Países Bajos es quizá uno de los territorios más representativos de este grupo.

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