La colina de gravedad es un lugar donde se producen fenómenos ocasionados por la ilusión óptica de una pendiente, tales como pelotas rodando hacia "arriba", ríos que fluyen en sentido contrario, etc. Sin un equipo adecuado es imposible darse cuenta del engaño.

Pero si cuenta con un equipo topográfico o marcadores GPS para medir realmente la diferencia entre la "parte superior" de la pendiente y el "fondo", se revela que todo está en reversa, es decir, el terraplén está inclinado de una manera que da el efecto de que uno va cuesta arriba, pero de hecho, se va cuesta abajo, aunque nuestro cerebro tiene la impresión de que va cuesta arriba.

Según los psicólogos, todo se trata del horizonte, o está oscurecido en áreas con colinas de gravedad, por lo que no tenemos un punto de referencia adecuado, o el horizonte está allí, pero oscurece cómo la ladera desciende en relación con el resto del paisaje.

Investigadores de las Universidades de Padua y Pavía en Italia construyeron modelos de mesas de varias montañas de gravedad en todo el mundo, y consiguieron voluntarios para mirarlas a través de un agujero que les dio la perspectiva de estar allí.

Luego se metieron con el horizonte en el modelo para ver cómo eso afectaría la perspectiva de los voluntarios sobre la forma en que corría la pendiente. Descubrieron que, sin un verdadero horizonte a la vista, los hitos, como los árboles y los letreros, en realidad jugaban trucos en los cerebros de los voluntarios.

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