La biopsia Corial ó Biopsia de Corion es una prueba invasiva de diagnóstico prenatal que consiste en la toma de una muestra de tejido del corion (capa que recubre al embrión y que colabora en la formación de la placenta). Tiene características muy similares al embrión, por lo que es útil para analizar sus células y cromosomas.

La mayoría de los problemas cromosómicos que detecta la Biopsia Corial ó Biopsia de Corion son:

Trisomía 18 (Síndrome de Edwards), Trisomía 16, Trisomía 13 (Síndrome de Patau), Monosomía X (Ausencia de un cromosoma sexual X) o Síndrome de Turner, Síndrome de Klinefelter.

Se realiza una biopsia corial en aquellas situaciones en las que se sospeche una anomalía genética en el embrión, por ejemplo:

Anomalías en gestaciones previas, detección de anomalía fetal en la ecografía del primer trimestre, confirmación de un diagnóstico preimplantacional tras la implantación de uno o más embriones en técnicas de reproducción asistida, defecto genético heredable en progenitores, etc.

Esta prueba puede realizarse a partir de las 10 semanas y hasta las 14 semanas del embarazo. Tiene una fiabilidad del 99,99 %.

Existen dos métodos para extraer las células de la placenta necesarias para el análisis:

Transabdominal: el médico punza, con una fina aguja, la pared abdominal de la embarazada introduciéndola hasta la placenta.

Transcervical: el médico introduce un fino catéter a través de la vagina y cuello del útero hasta la placenta.

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