La psicopatía en general es un concepto derivado del trabajo de Hervey Milton Cleckley, elaborado en los años 40. Definió al psicópata típico con un conjunto de rasgos caracterizados por: insinceridad, ausencia de nerviosismo, imposibilidad de amar, ausencia de remordimientos o culpa, carencia general de reacciones afectivas.

El psicópata presenta un déficit afectivo esencial, presenta sentimientos de grandiosidad, rasgos crueles y gran capacidad de manipulación. En algunos casos tiene comportamientos antisociales y comete crímenes de los que, usualmente, se ufana.

El psicópata integrado o subclínico, tiene un trastorno estructuralmente idéntico al del psicópata típico, pero no es antisocial, se encuentra integrado a su medio.

Daña a sus víctimas con comportamientos más sutiles, no comete delitos, o, al menos, no de gran calado, es muy inteligente, analiza las debilidades de quienes conviven con el y se aprovecha de estas.

No necesitan usar la violencia física con sus víctimas. Buscan por todos los medios generar culpa, miedo, desvalorización y sufrimiento, usando la descalificación, humillación o ridiculización.

Son habitualmente simpáticos y encantadores.

Este tipo de psicopatía predomina en personas de elevado estatus social y económico. Su abuso psicológico se sustenta en parte en la posición de privilegio que ocupan. Destruir al otro es una manera de medir su propio poder.

Más información: lamenteesmaravillosa.com