Se conoce como niño arcoíris a aquel que trae consigo alegría y armonía al entorno familiar, pues nace después de una pérdida que ha tenido su madre bien sea por muerte gestacional o perinatal. Tras el duelo estos niños llegan como un regalo divino, trayendo consigo la esperanza y la renovación.

Es una categoría de niños tan especiales, con cualidades necesarias para enseñarnos a ser mejores cada día.

Se les puede observar vestidos con ropa bastante coloridos, desprendiendo un aura de tonos cálidos. Se recuperan rápidamente de emociones negativas por tener una personalidad bastante imponente y gran voluntad, con una gran energía que se refleja en su actitud.

Muchos de ellos pueden llegar a tener la capacidad de la telepatía o de curar enfermedades, algunas veces para los padres es difícil controlarlos pues la energía que posee es inagotable, corren de un lugar a otro que termina con agotarlos.

En ocasiones los padres recurren a la medicina en busca de ayuda, creyendo que el niño presenta algún problema psicológico, ignorando el hecho de que tienen por hijo a un niño arcoíris, que puede considerarse un privilegio.

El propósito principal de estos niños es de terminar las etapas finales de la base que los niños índigo y cristal han dejado. Los indigos rompen el paradigma del pensamiento tradicional, los de cristal construyen las bases sobre el paradigma roto, y finalmente los niños arcoíris están para completar lo que los niños índigos y cristal no finalizaron.

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