La palabra meandro proviene del griego Meandro (Μαίανδρος), nombre de un río de Anatolia hoy llamado Büyük Menderes. Parece ser que el Meandro asombró siempre a los griegos por su forma de avanzar serpenteando. Así el nombre propio se hizo nombre común, el meandro de un río.

Un meandro es una curva descrita por el curso de un río cuya sinuosidad es pronunciada. Se forman con mayor facilidad en los ríos de las llanuras aluviales con pendiente muy escasa, dado que los sedimentos suelen depositarse en la parte convexa del meandro, mientras que en la cóncava, debido a la fuerza centrífuga, predomina la erosión y el retroceso de la orilla.

Cuando debido a la erosión dos cauces curvos se encuentran, el río corta camino a través de la zona donde se oponen las corrientes y se forma un lago en forma de herradura, ya que los sedimentos cierran la entrada y salida del antiguo meandro, quedando fuera del cauce del río.

Algunos de estos meandros secos reciben nombres locales: en Aragón, los meandros secos del río Ebro se llaman galachos; en los Estados Unidos, en el suroeste también son conocidos como «rincón» y en el Sur, a los antiguos brazos y meandros del río Mississippi se les llama bayou, una voz que por extensión se aplica a esos mismos elementos en otros lugares.

El área de la geometría que se ocupa de describir en términos técnicos los cursos curvos de agua se llama geometría de meandros y sus mediciones se muestran con formas de ondas irregulares.

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