El craquelado es un fenómeno de deterioro común en pinturas antiguas. Consiste en la aparición de grietas, que en los casos más graves llegan a fragmentar la capa de pintura y desembocar en su desprendimiento. Este signo de envejecimiento se suele imitar en muebles y pinturas para darles apariencia antigua.

Dentro de los acabados es uno de los más comunes, prácticos y fáciles de realizar. Se reproducen las finas grietas que se forman a menudo en la superficie de viejas pinturas al óleo, lozas antiguas y muebles ajados por el paso del tiempo.

El craquelado se produce naturalmente por la contracción gradual y dispareja de las distintas capas de pintura. Colocando una capa de base sintética (secado lento) y otra encima de pintura de base acuosa (secado rápido) obtendremos este efecto. La pintura sintética seca lentamente generando tensiones superficiales durante un lapso de tiempo mayor; por esto, la capa de pintura superior, que es acrílica y secó rápidamente, se resquebraja siguiendo los movimientos de las tensiones de la pintura de base.

Para avejentar una superficie podemos recurrir a un preparado de tipo casero o a los productos elaborados especialmente para lograr este efecto: 'craquepadores'. El resultado óptimo de éstos depende de que sigamos al pie de la letra las especificaciones de cada fabricante. Son, en algunos casos, productos muy sensibles al calor y a las corrientes de aire, los cuales modifican el tamaño de las grietas.

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