Un artefacto arqueológico es cualquier material u objeto distintivo que se encuentra en una excavación en algunos de los estratos del suelo (sepultado) o en la superficie de la tierra.

Estos artefactos fueron creados por personas de una época y lugar determinados para satisfacer una necesidad o facilitar la vida cotidiana de un grupo concreto de seres humanos. Además, según las características, pueden ser de diversas tipologías a fin de descubrir descubrir a qué civilización pertenecieron, qué función tenían en el pasado, cuál es el lugar donde se formaron o para saber la fecha exacta en que se hicieron, según la composición química y mediante un proceso de datación.

Desde el punto de vista etnográfico, un artefacto puede definirse como cualquier objeto de materia prima natural (sílex, obsidiana, madera, hueso, cobre nativo, etc.) fabricado por gente que sigue un estilo de vida basado en el forrajeo (por ejemplo, caza, recolección) en una agricultura básica o en el pastoreo (por ejemplo, horticultura, trashumancia).​

La mayoría de ellos, después de su manufactura, recibían el uso funcional propio que tenían de por sí, hasta que usualmente llegaba su rotura (desfuncionalización) y se procedía (a veces) a su conversión funcional, utilizándose para otro uso menor hasta su abandono.

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