El concepto de aljibe procede de la lengua árabe y alude a una cisterna, de acuerdo al primer significado recogido por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. Un aljibe, de este modo, es un reservorio de agua que se encuentra instalado a nivel subterráneo.

Por lo general, los aljibes posibilitan el almacenamiento de agua potable. Su estructura apela a materiales que permiten evitar que el agua se contamine y que impiden que se produzcan filtraciones.

Surgieron en la época de la Antigua Roma. En aquellos terrenos más áridos, empezaron a construirse depósitos bajo la tierra para almacenar el agua procedente de las precipitaciones. De este modo, cuando no se registraban lluvias, dicha agua podía emplearse para regar los cultivos, cocinar o con otros fines.

Con el correr del tiempo, las estructuras de los aljibes se fueron modificando para que estos dispositivos fueran cada vez más eficientes. Muchas viviendas comenzaron a tener sus propios aljibes, de donde los habitantes obtenían el agua que usaban en la vida cotidiana.

Es importante tener en cuenta que el aljibe debe recibir un determinado mantenimiento para garantizar la calidad del agua y para proteger la estructura. Hay que proceder a la desinfección y la eliminación de los sedimentos con una cierta frecuencia.

Para evitar la transmisión de enfermedad a causa del consumo de agua sucia, ya sea para beberla o con otros fines, es necesario vaciar, limpiar y desinfectar el aljibe por lo menos una vez al año.

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