Ruta que actualmente atraviesa de norte a sur el centro de Europa. Inicia en Canterbury y finaliza en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Fue utilizada desde la Edad Media por los anglosajones para llegar a Roma y es parte de un grupo de caminos conocidos también como Vías Romeas, que eran recorridos con el objeto de alcanzar en peregrinaje la tumba del apóstol Pedro.

La Vía Francígena fue uno de los tres caminos más importantes de peregrinación en el Medioevo, junto al de Tierra Santa y al de Santiago de Compostela. La Vía Francígena representó un canal de comunicación determinante para la realización de la unidad cultural que caracterizó la Europa de aquel período. Su uso creciente en la época mencionada, permitió que se convirtiera también en vía comercial, favoreciendo el desarrollo de muchos pueblos que se encontraban en el recorrido. Ha sido redescubierta hace poco más de 15 años y quienes la han realizado, en parte o en su totalidad, cuentan que es como recorrer la historia del continente europeo a través de un camino inolvidable.

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