Se conoce como pedante al que hace inoportuno alarde de su erudición. Es de destacar, que en ocasiones el pedante no posee los conocimientos tal y como dice tener, solo que su actitud, y su manera de hablar hace creer a los demás que es un sabio en la materia.

Sin lugar a dudas, el término pedante tiene una connotación negativa, ya que designa a las personas como engreídas, pretenciosas, y presumidas, lo cual dicha actitud al ser detectada por su entorno social rápidamente consigue el rechazo, o la falta de atención e importancia ante sus participaciones en el tema.

Al pedante le gusta sentirse superior a los demás, señalando citas literarias o teorías, con el objetivo de demostrar la ignorancia que posee las personas de su entorno. No obstante, a pesar de que el pedante en ocasiones demuestra que es un sabio, ambas figuras se diferencian una de la otra, ya que esta última demuestra sus conocimientos de manera espontánea, y en el momento adecuado, sin la intención de alardear o exhibir su sabiduría en todo momento.

La palabra proviene del Idioma italiano pedante (1535) que significaba "maestro de escuela" o "profesor". Cuando fue usada por primera vez por Shakespeare en Trabajos de amor perdidos (1588), significaba simplemente "profesor" pero poco después Thomas Nashe en Have with You to Saffron-Walden (1596) ya la usaba con el sentido negativo. El origen de la palabra italiana es incierto.

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