¿Alguna vez te has preguntado por qué no te cae un rayo cuando viajas en avión? La respuesta es que, sí caen, pero no los sentimos gracias a un fenómeno conocido como la Jaula de Faraday. Se basa en el fenómeno electromagnético de que cuando un recinto cerrado está cubierto de metal, el interior del recinto no recibe influencias de campos eléctricos externos ya que su campo eléctrico es nulo, o lo que es lo mismo, si un recinto cubierto de metal recibe electricidad, el interior no la recibe, sino que se distribuye por el exterior.

De este modo, un rayo no puede provocar un accidente aéreo por sí solo, porque su carga eléctrica se distribuirá por la superficie del avión. Sin embargo, sí puede provocar daños en el radar meteorológico del avión, situado en el morro. Esto es debido a que la carga se desplaza desde el morro hasta la cola donde “desaparece”.

Su nombre se debe al físico Michael Faraday, que construyó una jaula en 1836, una suerte de caja metálica que protegia su interior de los campos eléctricos estáticos exteriores. Dichos recintos se emplean para proteger el interior de descargas eléctricas, ya que en su interior el campo eléctrico es nulo.

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