La escombroidosis es una peculiar reacción adversa a la ingesta de ciertos pescados. La palabra hace referencia a los denominados pescados de la familia de los escómbridos (Scombridae), por ejemplo: atún, caballa, jurel, bonito, etc., que son los que más frecuentemente provocan la intoxicación; si bien también pueden provocarla otros peces como el salmón, la sardina y el arenque.

La carne de los pescados escómbridos es rica en un aminoácido esencial llamado histidina, muy beneficioso para nuestro organismo. Pero cuando las condiciones de conservación del pescado no son las adecuadas y este empieza a degradarse, la histidina se transforma en histamina, debido a un proceso llamado descarboxilación. De manera que al comer este pescado sufrimos una intoxicación por histamina.

Los síntomas son parecidos a los de una reacción alérgica: lagrimeo, mucosidad, cefalea, palpitaciones, urticaria, y eritema generalizado (rojez) en cara y cuello. La enfermedad no reviste gravedad, pero a veces provoca una hipotensión, que en caso de ser importante puede llegar a requerir administración de adenalina. Lo normal es que se supere fácilmente con antihistamínicos y corticoides.

Como no se trata de una verdadera reacción alérgica, no hay ningún problema en volver a comer el mismo pescado, por supuesto, siempre que haya estado en buen estado de conservación.

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