La cromofobia o miedo a los colores es una fobia específica que se caracteriza porque la persona que la sufre siente un miedo irracional hacia los colores. Varía de persona a persona, pues cada individuo siente un gran malestar ante la presencia de un color concreto o varios de ellos, hasta el punto en que visualizar ese color en cuestión les hace sentir un malestar intenso.

Los tipos de cromofobia más frecuentes suelen ser la xantofobia, que es miedo irracional al color amarillo, o la melanofobia o miedo irracional al color negro. En muchos casos, las ideas supersticiosas pueden estar detrás de esta fobia.

Las fobias se desarrollan por aprendizaje, concretamente por un tipo de aprendizaje asociativo llamado condicionamiento clásico, que investigó inicialmente Ivan Pavlov y que popularizó John Watson, un psicólogo estadounidense. Esto ocurre tras una experiencia traumática, y la persona asocia este evento doloroso a un estímulo que originalmente era neutro, que acaba provocando la misma respuesta que provocó el evento traumático. Es decir, el miedo extremo.

Pero las fobias pueden originarse de diferentes maneras. Otro tipo de aprendizaje que se vincula al desarrollo de las fobias es el condicionamiento vicario. Es decir, que la persona no es necesario que experimente el evento traumático en su propia piel, sino que la observación de una situación emocionalmente dolorosa en otra persona puede hacer que un individuo desarrolle esta patología.

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