Cuenta la leyenda que la Befana ayudó a los tres Reyes Magos de Oriente, cuando en su largo camino hacia Belén para llevar los regalos al niño Jesús, perdieron la estela de la Estrella.

La Befana no solo les indicó el camino correcto, además les atendió con mucho cariño regalándoles dulces y ofreciéndoles cobijo para poder descansar. Y tan amable fue que Sus Majestades la invitaron a sumarse a la comitiva, a terminar el camino con ellos y poder darle algún presente al niño que cambiaría la historia y salvaría la humanidad.

La viejecita no quiso salir de su casa, y declinó amablemente la invitación. Pero a los pocos días se arrepintió, preparó un cesto con dulces y algún juguete e intentó buscar a los tres Reyes Magos.

Aunque no llegó a encontrarlos, la Befana repartió los dulces y los juguetes a todos los niños que se encontraba en su camino, con la esperanza de que alguno de ellos fuera el niño Dios. Y cuentan que desde entonces, esta brujita buena vaga por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.

En Italia se festeja la llegada de la Befana. Según la tradición se trata de una bruja vieja, que viaja en su escoba y visita a los niños en la noche entre el 5 y el 6 de enero, dejando pequeños regalos en las medias que ellos han dejado colgadas de la chimenea o la ventana.

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