Tras más de 12 semanas de confinamiento, cuando las medidas se empiezan a relajar y es posible salir a la calle respetando las medidas de seguridad, algunas personas no disfrutan de la vuelta a las terrazas y los paseos, sino que sienten miedo o rechazo a la idea de salir de casa. Es lo que se conoce como el síndrome de la cabaña.

No se trata de una enfermedad tipificada, sino de un conjunto de síntomas relacionados con el espectro ansioso. Según los expertos en psicología estas manifestaciones son habituales en gente que ha pasado mucho tiempo en situaciones de aislamiento.

Según la responsable de Itae Psicología, Laura Solana. Los individuos que ya contaban con una base ansiosa son más proclives a padecer estos síntomas. Estas personas tienen tendencia a generar pensamientos negativos que actúan como andamios de escenarios mentales catastróficos.

Debido al alejamiento y problemas para volver a la calle, sus habilidades sociales pueden estar en baja forma y se sienten desprotegidos, afirma la psicóloga.

La vuelta a la calle debe hacerse de manera gradual, aunque sin postergarse demasiado, empezar a reencontrarse con personas cercanas y realizar salidas para hacer actividades gratificantes. Las reuniones deben ser con pocas personas en lo posible.

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