La clasificación de los seres vivos ha cambiado a lo largo de la historia, adaptándose a los descubrimientos científicos y a las diferentes posturas de los expertos.

Se conoce como reino monera o mónera al conjunto de microorganismos que se componen de una única célula procariota, carente de un núcleo definido.

El naturalista alemán Ernst Haeckel (1834–1919) suele ser señalado como el primer científico en hablar del reino monera. En 1866, Haeckel dividió a los seres vivos en animales, plantas y protistas. En este último reino incluyó un conjunto de organismos llamados moneras, que serían los más simples de todos. En dicha clasificación también estaban los eucariontes y los procariontes.

Cabe señalar que en la etimología de este término, el cual deriva de un vocablo griego cuya pronunciación se aproxima a “moneres”, se encuentra la idea de “simpleza”, y por eso se escogió para denominar a estos organismos.

El vocablo monera se utiliza para hablar de las bacterias en general; en otras palabras, sirve para referirse a la rama evolutiva de la cual forman parte todos los organismos celulares que no poseen un núcleo definido, o sea, los procariontes, las más antiguas formas de vida descubiertas por el ser humano.

El reino monera presenta las siguientes características: su tamaño, puede estar entre 3 y 5 micrómetros.

Su alimentación es autótrofa o heterótrofa.

Requieren de un nivel ínfimo de oxígeno para su supervivencia

Su reproducción es asexual.

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