El Ramadán es uno de los cinco pilares del culto en el Islam, que se practica durante el noveno mes del calendario lunar árabe, y marca el momento más sagrado del islam, ya que fue en este mes en el que comenzó la revelación divina del Corán, a través del ángel Gabriel al profeta Mahoma, quien lo transmitió al resto de la humanidad. Tiene un significado, espiritual-personal; y también comunitario, de celebración familiar, similar al de las Navidades cristianas.

Como otras religiones, el islam considera que la mortificación del cuerpo facilita que el espíritu se comunique con más facilidad con Dios. Los fieles, desde que llegan a la edad en que obligan las observancias religiosas, deben abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales en las horas comprendidas entre el alba y el ocaso del sol. La ruptura del ayuno con el crepúsculo se celebra con una cena fuerte, acompañada de dulces típicos del Ramadán, que permita recuperar energías y acumularlas para el día siguiente.

Obliga a más de 1.600 millones de personas en el mundo.

En los países de mayoría musulmana, durante este mes se ralentiza mucho la vida económica debido a la debilidad física que provoca un ayuno tan severo. Además muchos gobiernos musulmanes reducen horarios y facilitan la práctica del Ramadán.

El calendario islámico es lunar. Los meses comienzan cuando es visible el primer cuarto creciente después de la luna nueva, variando todos los años.

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