Hablar de Macramé, es hablar de nudos, de nudos decorativos para dar forma y textura a un tejido o entramado que luzca estéticamente ordenado. Nudos que se ejecutan unicamente con las manos.

Macramé es una palabra de origen francés que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra turca makrama. Esta tiene su origen en la palabra persa mikrama con el mismo significado.

El macramé tiene tres nudos básicos: el medio nudo, nudo plano (o cuadrado), nudo cote (festón o cavandoli). A partir de estos nudos se pueden hacer más de 50 variaciones diferentes.

Los materiales necesarios para realizar el macromé son: el hilo (ya sea de algodón, yute, lino, seda, fibras sintéticas o naturales y una superficie para sujetar la labor, normalmente una barra de madera.

El hombre primitivo empezó a anudar desde los tiempos más remotos en el mesolítico, primero fueron los nudos para sujetar las piedras filosas en palos, para crear flechas y lanzas en la cacería y para crear mallas en la pesca.

Uno de los grandes inventos junto con la rueda y la cerámica, fue el tejido. Cubrir esta necesidades básicas no habría sido posible sin nudos. Son estos nudos primitivos los primeros antecedentes del macramé, tal como hoy se conoce.

Pueblos como los persas y los asirios (2300 a. C.) poseían gran maestría y usaban el macramé con el fin de decorar con hilos anudados los bordes de los tapetes. Más tarde los árabes lo llevaron a Europa y posteriormente los europeos a América.

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