El renio es un elemento químico, de número atómico 75, que se encuentra en el grupo 7 de la tabla periódica de los elementos y cuyo símbolo es Re.

El descubrimiento del renio es comúnmente atribuido a tres científicos de origen alemán: la física y química Ida Eva Tacke, el químico Walter Noddack y el físico y químico Otto Karl Berg. Los trabajos de estos científicos durante 1925 y hasta 1928 permitieron el descubrimiento del renio en minerales de platino, columbita, gadolinita y molibdeno. Minerales de hasta 660 kg fueron trabajados para obtener 1 g de renio. Su origen etimológico proviene del latín Rhenus, nombre original del río Rin, una de las vías fluviales más importantes de Europa.

El renio es un metal de transición que tiene un característico color blanco platinado con un brillo metálico. Es muy resistente a la corrosión y al desgaste, tiene un elevado punto de alta densidad, que es apenas superado por el platino, iridio y osmio, además, su punto de fusión también es de los más elevados, siendo superado solo por el tungsteno (wolframio) y el carbono. Este elemento es muy dúctil y maleable, pudiendo doblarse y enrollarse fácilmente.

Las superaleaciones de renio a base de níquel se utilizan en las cámaras de combustión, los álabes de las turbinas y las boquillas de escape de los motores a reacción. Estas aleaciones contienen hasta un 6% de renio, lo que hace que la construcción de motores a reacción sea el mayor uso individual del elemento.

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