La cafeína, presente de forma natural en los granos de café y las hojas de té, es el estimulante más consumido en el mundo. Su principal efecto es aumentar el estado de alerta al bloquear la acción de la adenosina, un neurotransmisor que induce el sueño y la relajación. Esto hace que la cafeína sea especialmente popular entre quienes buscan mantenerse despiertos y concentrados.

Además de sus efectos sobre el estado de alerta, la cafeína puede mejorar temporalmente la memoria y la concentración, lo que la convierte en una aliada para estudiantes y profesionales que necesitan un impulso extra. Sin embargo, es importante consumirla con moderación, ya que el exceso puede provocar efectos secundarios como insomnio o nerviosismo.

La cafeína no solo se encuentra en el café y el té, sino también en otras bebidas y alimentos, como refrescos y chocolates, lo que contribuye a su amplia presencia en la dieta diaria de muchas personas alrededor del mundo.