«La tragedia de Julio César» es una obra trágica escrita por William Shakespeare, alrededor de 1599. Recrea la conspiración en contra del dictador romano, su homicidio y sus secuelas, así como su lugar de desarrollo: la antigua Roma. Constituye uno de los varios trabajos shakespearianos basados en hechos históricos.

La muerte de César es quizás la parte más famosa de toda la obra. Dejando de lado los presagios del adivino, así como las premoniciones de su propia esposa, César es sorprendido en el senado por los conspiradores.

Luego de intercambiar algunas palabras, Casca lo apuñala en la nuca, y los otros le secundan en la acción, terminando por Bruto. César dice en ese momento: «Et tu, Brute?», lo cual se traduce en «¿Tú también, Bruto?». Shakespeare adicionó: «Entonces, caiga César», ciertamente sugiriendo que aquel no quería sobrevivir a tal acto de traición.

Una vez muerto el líder, sin embargo, otro personaje aparece en primer plano como un devoto y mejor amigo de César, Marco Antonio, quien, al pronunciar un discurso sobre el cadáver—el tantas veces citado «Amigos, romanos, compatriotas, prestadme vuestros oídos...» — hábilmente vuelve a la opinión pública en contra de los homicidas.

A pesar de que la frase dicha por Julio César al momento de su muerte ha quedado registrada en diversas obras, no hay seguridad de que realmente la dijera. Plutarco cuenta en su obra que no dijo nada, solamente se cubrió la cabeza con la toga al ver a Bruto entre sus asesinos.

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