Una fotógrafa e investigadora urbana de de Moscú Lana Sator, ganó reconocimiento internacional por infiltrarse en algunos de los lugares abandonados más secretos de Rusia. Uno de sus más recientes hallazgos muestra imágenes de una base militar soviética en la que se encuentran más de mil tanques, aviones y helicópteros que en la actualidad juntan polvo y óxido en el lejano oriente de Rusia.

La fotógrafa lleva más de una década recorriendo el país para descubrir el patrimonio olvidado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Edificios icónicos, bases militares y centrales nucleares, Sator busca distintas maneras de escabullirse para mostrarle al mundo el poderío del antiguo estado comunista que hoy luce abandonado.

Este acto de exploración urbana, comúnmente conocido como urbex, es ilegal en Rusia porque implica ingresar a una propiedad privada sin permiso. Para Lana es un pasatiempo y una forma de descubrir la historia única y enigmática de su país.

La mujer, de 31 años, capturó las increíbles escenas usando una cámara digital y un dron.

En el apogeo del poderío militar, la URSS tenía entre cuatro y cinco millones de soldados.

Como resultado del estricto reclutamiento, la desaparecida nación comunista tuvo el ejército activo más grande del mundo desde 1945 hasta 1991.

Originalmente, el aeródromo de este lugar fue construido a principios del siglo XX para el Ejército Imperial Japonés y se llamaba Keton.

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