Un vocablo celta llegó al latín como 'alaudŭla', y luego al castellano como 'alondra'. El término se emplea para nombrar a un ave que pertenece al grupo familiar de los aláudidos (Alaudidae).

Las alondras suelen medir entre diez y poco más de veinte centímetros. En la cabeza alberga una pequeña cresta en la parte superior de la cabeza, que se nota solo cuando la levantan. Tienen la cabeza y el cuerpo de una tonalidad marrón, mientras que el vientre es más claro. Como particularidad, puede mencionarse que, en el dedo posterior, suelen presentar una garra extensa y recta.

Los granos, las semillas y los insectos forman parte de su dieta. Por eso las alondras suelen habitar en zonas cercanas a los cultivos. Dependiendo de la especie, estos pájaros pueden contar con picos largos para realizar excavaciones en búsqueda de la comida o con picos más apropiados para romper las semillas.

Los conocedores de aves la identifican por su canto agudo, continuo y rápido, que puede repetir por unos 30 minutos seguidos. Algunos lo comparan con el sonido que se percibe al frotar los dientes de un peine de cabello, con la yema de los dedos.

Se dice que la alondra proviene del norte de Europa, específicamente de Finlandia, donde pudieran habitar entre 300 y 400 mil parejas de estas aves actualmente. También están muy presentes en Rusia y algunas naciones de América del Norte.

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