El cromormo o cromcorno, es un instrumento de viento de madera de lengüeta encapsulada con forma de bastón invertido, muy popular en el Renacimiento.

Su estructura es similar a la del tubo de una gaita y el extremo se curva, dando una curiosa forma de J.

La tesitura es de una octava. Realmente es posible tocar hasta 12 tonos, aunque es extremadamente difícil, por lo que los intérpretes están limitados a la octava.

El origen del instrumento conocido en la actualidad por el nombre de oboe se remonta a 3000 a. C.

El hallazgo de embocaduras de lengüeta doble y las representaciones pictóricas, nos demuestran que unos instrumentos de la familia del oboe eran conocidos en Egipto hacia el año 2000 a. C.

La lengüeta, elaborada en bambú, obtuvo una verdadera importancia. Las dos láminas que la forman eran tratadas cuidadosamente incluso durante el crecimiento de la planta. Estaban fabricados con madera de boj, arce, ciruelo, cedro, peral, y más modernamente de ébano.

En música de cámara demostró cualidades, lo que estimuló a los compositores a escribir algunas de sus mejoras obras para el instrumento, tales como Johann Sebastian Bach (1685-1750), Georg Friedrich Händel (1685-1759), Jean Baptiste Loeillet de Gante (1688-1750), Georg Philipp Telemann (1681-1787), Jan Dismas Zelenka (1679-1745).

El instrumento llega a su madurez gracias a Ludwig August Lebrun (1752-1790), un compositor e importante oboísta de la orquesta de Mannheim, quien le dedicó numerosos conciertos.

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