El oso fue desde antiguo un elemento típico de la ciudad de Madrid. En la Edad Media, cuando se fundó la ciudad, este animal todavía abundaba por los montes cercanos. El acompañamiento del árbol y la creación del escudo municipal, que incluye a ambos, según los historiadores, fue posterior. Se debe a un acuerdo adoptado por la Villa y la Iglesia en 1222 para repartir las tierras adyacentes. A la Iglesia le correspondían los pastos y a la Villa los bosques. No hay explicación histórica de por qué precisamente un madroño, siendo un árbol no tan común como otros en la región.

La estatua de El Oso y el Madroño es una obra realizada en bronce sobre un pedestal de piedra por el escultor Antonio Navarro Santafé. Inaugurada en 1967, mide 4 metros de altura y pesa unas 20 toneladas. Se encuentra en la Puerta del Sol, una de las principales plazas de la Ciudad de Madrid. La idea de levantar ese monumento fue promovida por el Ayuntamiento de Madrid, con intención tener una representación más visible de los símbolos de la Ciudad.

Más información: es.wikipedia.org