Así como en la leyenda de Excalibur, en la Abadía de San Galgano en Siena, en la Región Toscana, desde el siglo XII hasta hoy se encuentra una espada clavada en una piedra.

Galgano Guidotti, era un jóven licencioso y violento. Dañaba con malicia a los demás para demostrar su fuerza. Pasado el tiempo, arrepentido y atormentado por sus actos se retiró para llevar una vida ermitaña y penitente con el fin de hallar la paz. Como señal de renuncia a su vida violenta clavó su espada en una roca y la usaba como cruz para orar.

Una versión mística cuenta que ante Galgano se presentó el Arcángel Miguel exhortándolo a volverse de su maldad a lo que el jóven le respondió que eso era imposible, como clavar su espada en la piedra. Al hacer tal gesto en demostración al Arcángel, la espada se hundió suavemente en la piedra, Galgano quedó tan conmovido por el prodigio que entregó su vida a la fe cristiana.

En el año 1180 Galgano murió, y tan solo 4 años después fue declarado Santo por el papa Lucio III. Fue construida una pequeña iglesia justo donde se encuentra la espada: la Capilla de Montesiepi y la Abadía de San Galgano, la cual hoy se encuentra en ruinas, pero la espada sigue allí, cubierta por una vitrina de cristal.

Las ruinas de la abdía son una de las atracciones turísticas de la Toscana.

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