Los desiertos cubren más de una quinta parte de la superficie terrestre y se encuentran en todos los continentes. Un lugar que recibe menos de 25 centímetros de lluvia al año se considera un desierto.

Los desiertos forman parte de una clase más amplia de regiones denominadas zonas áridas. Estas zonas experimentan un "déficit de humedad", lo que significa que con frecuencia pueden perder más humedad a través de la evaporación que la que reciben de las precipitaciones anuales.

Pese a la creencia común de que los desiertos son calientes, también hay desiertos fríos. El mayor desierto cálido del mundo, el Sáhara del norte de África, alcanza temperaturas de hasta 50 grados centígrados durante el día, pero algunos desiertos son siempre fríos, como el de Gobi, en Asia, y los desiertos polares de la Antártida y el Ártico, que son los más grandes del mundo. Otros son montañosos. Solo un 20 % de los desiertos están cubiertos de arena.

Los desiertos más secos, como el de Atacama en Chile, tienen partes que reciben menos de 2 mm de precipitaciones al año. Estos entornos son tan rigurosos y extraños que los científicos incluso los han estudiado en busca de pistas sobre la vida en Marte. Por otro lado, cada pocos años, un período inusualmente lluvioso puede producir "superfloraciones", durante los cuales incluso el Atacama se cubre de flores silvestres.

Más información: www.nationalgeographic.es