Muchos pájaros reconocen individuos humanos, pero probablemente lo hacen utilizando una variedad de pistas, como la altura, complexión, colores, ropa o maneras de caminar. Los cuervos, sin embargo, pueden reconocer las caras.

Por lo menos esa puede ser una de las conclusiones de un estudio realizado en Estados Unidos. El experimento consistió básicamente en ponerle una máscara a una persona, para que mantenga a los cuervos atrapados durante un tiempo y luego los soltara. Las aves, asustadas, obviamente huyeron. Sin embargo, cuando volvieron a ver al hombre de la máscara, sintieron de cerca el peligro nuevamente y reaccionaron haciendo ruidos, marcando la amenaza.

La parte más interesante de este fenómeno es que, además de hacer ese ruido, los cuervos condicionaron a los cuervos más pequeños que no habían participado del experimento para que también supieran reconocer a la máscara amenazante.

Los especialistas corroboraron este fenómeno al acercarse a una zona con cuervos que no habían sido capturados por la máscara, recibiendo de todas formas el rechazo sonoro de las aves, que parecían ser conscientes de la amenaza que la máscara significaba, incluso 5 años después del experimento.

La conclusión a la que llegó el estudio es que los cuervos básicamente desarrollaron dos tipos de rencor: el rencor por experiencia, que se basa en el recuerdo de la situación, y el rencor aprendido de forma vertical, en el cual los adultos le enseñan a los cuervos más pequeños.

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