Los “45 minutos más grandes de la historia del deporte” se escribieron el 25 de mayo de 1935, cuando el atleta estadounidense Jesse Owens (1913-1980) se agigantó y logró establecer cuatro récords mundiales. Un año más tarde, patentó su grandeza en los Juegos Olímpicos Berlín 1936 con cuatro medallas de oro, en las pruebas de 100 m, 200 m, salto de longitud y la carrera de relevos 4 × 100 m.

Sobre la pista del Ferry Field de los Wolverines de la Universidad de Michigan, Owens deslumbró al mundo del deporte, en la competencia Big 10 Conference Championship. El atleta de la Universidad Estatal de Ohio compitió con una playera roja que decía en su pecho “OHIO” y en aquella tarde empezó su proeza a las 15:15 horas y la cerró a las 16:00.

A las 15:15 horas corrió las 100 yardas en 9.4 segundos para igualar el récord mundial; a las 15:25 alcanzó los 8.13 metros en el salto de longitud, un récord que duraría 25 años, y siendo el primer hombre en superar los ocho metros; a las 15:45 registró 20.3 segundos en las 200 yardas y a las 16:00 horas corrió las 200 yardas con obstáculos con 22.6 segundos, y estas dos últimas fueron también para nuevos récords mundiales.

La camiseta roja de algodón, que utilizó aquel 25 de mayo de 1935, forma parte de la Colección Patrimonio Mundial de Atletismo, gracias a que la prenda ha sido prestada por Stuart Rankin, nieto de la leyenda.

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