Francisco de Goya y Lucientes (Fuentetodos,1746-Burdeos,1828) dominó la pintura de su tiempo. Creó un estilo personal inclasificable, en el que presta una especial atención por lo mórbido, lo extraño, lo amenazador que se intensifica con el tiempo.

Carlos IV de Borbón le nombró pintor de la corte y fue, además, director de la Academia de San Fernando. Sus retratos resultan sorprendentes por la crudeza nada lisonjera de sus expresiones.

Sus obras más conocidas, además de los retratos reales, son la serie de grabados Los caprichos, La maja vestida y La maja desnuda, El dos de mayo, El tres de mayo, los 66 grabados titulados Los desastres de la guerra, los catorce murales llamados Pinturas negras -con las que decoró su casa de campo, la Quinta del Sordo- y el impresionante óleo Saturno devorando a sus hijos.

Los fusilamientos del 3 de mayo es un homenaje del pintor a la heroica rebelión del pueblo de Madrid ante la presencia invasora de las tropas de Napoleón Bonaparte, que pretendía colocar a su hermano José como nuevo rey de España. El levantamiento contra las tropas francesas, iniciado en algunas zonas del norte del país, tomó nuevo impulso al conocerse la cruel y violenta reacción de las tropas napoleónicas para reprimir el levantamiento de los madrileños del histórico 2 de mayo.

Su arte es precursor de algunas de las vanguardias pictóricas del siglo XX, especialmente el expresionismo. Se le considera uno de los grandes maestros de la historia del arte mundial.

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