Las boleadoras (hasta finales del siglo XIX simplemente bolas) son un tipo de arma arrojadiza hecha con pesos en los extremos de cuerdas interconectadas, que se utilizaba para capturar animales enredando sus patas.

Las boleadoras fueron utilizadas sobre todo por los gauchos, pero se han encontrado en excavaciones de asentamientos precolombinos, sobre todo en la Patagonia, donde los pueblos indígenas (especialmente los tehuelches) las utilizaban para capturar guanacos y ñandúes.

Además, los mapuches y el ejército incaico las utilizaban en las batallas. Los guerreros mapuches utilizaron boleadoras en sus enfrentamientos con el ejército chileno durante la Ocupación de la Araucanía (1861-1883).

El arma consta de dos o tres bolas, piedras muy duras pulidas en forma casi esférica o muy raramente erizadas. El diámetro de cada una de las bolas suele ser de unos 10 cm en las boleadoras de combate o de caza mayor.

Los aborígenes usaban como materia prima para los tientos el cuero de guanaco y el cuero del cogote (cuello) y el tendón de la pata del ñandú. Con el paso del tiempo y la introducción de la ganadería, los tientos fueron reemplazados por reatas de tres cabos de cuero trenzado, generalmente de vacuno.

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