Michael Jordan ha tenido distintos apodos a lo largo de su vida. El primero de ellos fue “Air”, por su capacidad de suspenderse en el aire y protagonizar clavadas de locura en las duelas. Un genio, un adelantado a su época que deleitaba al público y escribió su nombre con letras de oro en la historia del deporte.

Mundialmente se le conoce a Jordan como “Su Majestad” y no es necesario entrar en detalles. Su reinado en el deporte ráfaga, su estilo de juego, sus récords y logros lo avalan como el mejor jugador de todos los tiempos en la NBA. Revolucionó la industria, marcó un precedente a nivel deportivo y comercial y su nombre y rostro son reconocidos en cada rincón del planeta.

Jordan ganó seis anillos con Chicago Bulls, promediando 30,1 puntos por partido en toda su carrera deportiva, el mayor promedio en la historia de la liga. También ganó 10 títulos de máximo anotador, 5 MVP de la temporada, 6 MVP de las Finales; fue nombrado en el mejor quinteto de la NBA en diez ocasiones, en el defensivo nueve veces, líder en robos de balón durante tres años y un premio al mejor defensor de la temporada.

Se retiró definitivamente en 2003 en los Washington Wizards, tras haberlo hecho en dos ocasiones anteriores, en 1993 y 1999, después de haber jugado 13 temporadas en los Chicago Bulls.

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