Annus mirabilis es una locución latina, que significa «año de los milagros». Históricamente se ha aplicado a diferentes años, aunque su uso parece provenir del título de un poema de John Dryden (Annus Mirabilis, 1667)​ sobre acontecimientos del año anterior en Londres, especialmente el gran incendio y la gran plaga. La coincidencia de la cifra del año 1666 con el apocalíptico 666 hacía presagiar el fin del mundo, con lo que Dryden veía el milagro en la simple supervivencia.

En la historia de la ciencia el uso de la expresión para ese mismo año de 1666 tiene un valor distinto, debido a la sincronía de ese momento histórico con la revolución científica que significaron los avances de Isaac Newton.

Tal es la coincidencia, que Newton incluso había huido de Londres por temor a la plaga en el punto culminante de la concepción de la teoría de la gravitación universal, el desarrollo de las bases de la mecánica clásica, la formalización del método de fluxiones y la generalización del teorema del binomio, poniendo además de manifiesto la naturaleza física de los colores. Pero guardó silencio durante el annus mirabilis debido al caótico ambiente en Londres. Reanudando sus estudios en la Universidad de Cambridge en 1667.

La misma locución se usa para el año 1905, cuando un cambio de paradigma de similar magnitud se produjo con la publicación de los artículos​ de Albert Einstein sobre el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano y la teoría especial de la relatividad.

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