Además de ser el animal terrestre más grande, el elefante africano también puede presumir de poseer el olfato más poderoso de todos los seres vivos; se comprobó que los elefantes con 1948 receptores olfativos disponen de un olfato cinco veces más desarrollado que el de los seres humanos, 386, más del doble que el de los perros, 811 y mucho más que las ratas, 1.207. Cada especie tiene un determinado número de genes olfativos que junto con los receptores olfativos detectan diferentes olores.

Las funciones de estos genes no se conocen bien, pero probablemente son importantes para las condiciones de vida de los elefantes africanos. Los expertos revelaron que esta característica les permitió encontrar alimento, hogar, pareja y anticiparse a los depredadores.

Por el contrario, los seres humanos, junto con sus parientes primates, tienen menos genes olfativos en comparación con el resto de especies . Posiblemente, esto se deba a la disminución de su dependencia del olfato a medida que mejoró su agudeza visual.

Comparar los repertorios de los genes OR entre los mamíferos nos permite conocer las similitudes y diferencias en la percepción olfativa, ampliando nuestra comprensión sobre el sentido del olfato en los humanos.

En comparación, el olfato del elefante es el dos veces más desarrollado que el de un perro y cinco veces más fuerte que el de los humanos; quienes dependen más del sentido de la vista.

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