La frase «un leopardo no puede quitarse sus manchas» significa que es imposible que alguien cambie su carácter, aunque lo intente con todas sus fuerzas. Se utiliza para explicar la idea de que nadie puede cambiar su naturaleza innata.

Esta significativa frase se remonta al Antiguo Testamento. Se utilizó en Jeremías 13:23, donde el profeta hebreo Jeremías había dicho originalmente:

«Nadie puede cambiar el color de su piel, ni puede el leopardo quitarse sus manchas; ¡tampoco ustedes pueden hacer lo bueno, pues solo saben hacer lo malo!»

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