Algunos elementos químicos se presentan en la naturaleza en varias formas alotrópicas, la forma en que se ordenan sus átomos es lo que hace que cada una tenga un aspecto y unas propiedades muy características.

El estaño se presenta, por debajo de los 13,2 ºC en forma de estaño alfa: no metálico, gris, frágil y quebradizo. Por encima de 13,2 ºC es estaño beta, el estaño metálico, brillante y maleable que todos conocéis y que se usa prácticamente en todas las soldaduras metálicas por su bajo punto de fusión (232 ºC). El estaño no se convierte de cualquier manera de una forma alotrópica a otra. Si se enfría gradualmente a temperaturas no demasiado bajas, el estaño beta permanece inmutable. Pero si el enfriamiento es brusco o el metal presenta alguna impureza o golpe, el estaño beta no tarda en convertirse en alfa. Esto se conoce como la peste de estaño.

Este hecho sería uno de los factores que contribuyó a la derrota de Napoleón, cuando se lanzó a la conquista de Rusia en 1812. El gran emperador francés preparó para sus tropas unas abrigadas chaquetas para soportar las frías temperaturas. Pero los botones de esas chaquetas se fabricaron de estaño. Craso error.

Al enfrentarse a las bajísimas temperaturas del invierno ruso, el estaño beta de los botones fue convirtiéndose, poco a poco, en el poroso y quebradizo estaño alfa. Los botones se resquebrajaban ante los ojos de los soldados que, incapaces de abrochar sus chaquetas, acabaron muriendo de hipotermia.

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