Los pingüinos emperador sobreviven el invierno antártico acurrucándose unos junto a otros en grupos compactos, pero los investigadores siempre se habían preguntado cómo era posible que los animales en la parte externa de estas formaciones no murieran congelados.

En 2011, ese interrogante fue resuelto gracias a la aplicación de la técnica conocida como «time lapse», que permitió la grabación de un video que mostró «que la colonia no está inmóvil, como se pensaba, sino que las aves se mueven periódicamente haciendo una especie de 'ola', como los espectadores de las competiciones deportivas».

La filmación fue realizada en Dronning Maud Land, en el este de la Antártida, donde en invierno las temperaturas pueden ser inferiores a 45 grados bajo cero y los vientos superiores a 180 kilómetros por hora.

Estos pingüinos son la única especie que se reproduce durante el invierno antártico. Los machos se apiñan no sólo para mantener su temperatura, sino para incubar los huevos. Las hembras retornan al mar para alimentarse luego de poner sus huevos y una vez que nace la cría los padres se turnan para cuidarla.

El estudio fue divulgado por la publicación científica «PLoS ONE», una revista científica publicada por Public Library of Science (PLOS), un proyecto sin ánimo de lucro que tiene como objetivo crear una biblioteca de revistas científicas y otra literatura científica bajo una licencia de contenido abierto.

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