Un nuevo estudio publicado en el Journal of Sea Research detalla el macabro caso de una foca macho adulta que capturó, mató y empezó a devorar a una foca más joven en la costa de la isla alemana de Heligoland. Ocurrió a finales de marzo de 2018 y fue presenciado por Abbo van Neer, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, en Alemania.

Los científicos han presenciado el acto entero y llevaron a cabo una necropsia describiendo las heridas. Permitió a van Neer establecer el patrón distintivo que provocan las focas cuando se canibalizan unas a otras.

Tras haber analizado una base de datos de muertes de focas que se remonta a los años 90, cree que existen otros casos en lo que las focas se han canibalizado. Estas muertes se habían atribuido a ataques de tiburón o a colisiones con hélices de barcos.

La explicación que da Van Neer en este caso de canibalismo en focas es el alto aporte energético que gana el macho caníbal alimentándose de una fuente tan rica calorías como es la piel y grasa de foca.

En 2014 se presenció el ataque de una foca gris macho que se comió a seis crías. Las focas macho ayunan cuando están en las playas para aparearse con las hembras; puede ser una forma de permanecer más tiempo en la colonia y tener más oportunidades de aparearse.

Van Neer sospecha que no lo hacen por hambre, si se tratara de depredación el animal debería haber consumido más del cadáver e incluso haberlo defendido de otros depredadores y carroñeros.

Más información: www.nationalgeographic.es