Terminada la 2° Guerra de los Balcanes, Albania consiguió su independencia y dejó de estar bajo el dominio del Imperio Otomano. Había que elegir a un rey. Se nombraron varios candidatos, entre ellos, Halim Eddine, un sobrino del sultán turco y el príncipe alemán William von Wied.

En esos días una pequeña compañía pasaba por la zona con su espectáculo circense. Uno de ellos leyó la noticia de la próxima llegada del Principe Halim, con su retrato, al ver el enorme parecido físico que tenía con su compañero Otto Witte, un vivaz acróbata de origen alemán de 41 años, le propuso a éste que se haga pasar por el futuro rey y su séquito. Otto aceptó el plan.

Consiguieron uniformes y elegantes ropas para poder presentarse ante las autoridades que estuviesen al cargo del país y enviaron telegramas anunciando la llegada.

El 13 de agosto de 1913, Otto, ataviado como un príncipe turco, llegó a Durrës acompañado de su séquito con el fin de asumir el mando y control del país.

Durante 5 días Otto I de Albania disfrutó de los placeres y riquezas de un monarca, se puso a su disposición un harem de hermosas jóvenes e incluso ordenó declarar la guerra al Reino de Montenegro, con la que tenían ciertas rivalidades.

Pero, cuando se recibieron los telegramas anunciando la llegada del verdadero príncipe, se descubrió el engaño y tuvo que huir a toda prisa, llevándose monedas, joyas y tesoros reales.

Otto Witte viajó hasta su Alemania natal, donde permaneció el resto de su vida.

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